La Sociedad de Historia y Arqueología de Aconcagua fue fundada el 7 de diciembre de 1945 en
la sede del Club Aconcagua de Santiago con el propósito de difundir la Historia Local y
establecer un Museo en la ciudad de San Felipe.
La mayoría de los socios residían en Santiago y en San Felipe, y desde un principio se
planteó la idea de trasladar la Sociedad a San Felipe y establecer allí un museo. El 12 de
octubre de 1949, la Sociedad se trasladó a su sede en la ciudad de San Felipe, donde se
llevó a cabo una sesión solemne en el Salón de Honor de la Ilustre Municipalidad. La
ceremonia fue presidida por el alcalde Carlos Aravena Robles, y contó con la presencia de
autoridades, socios destacados y la banda del Regimiento Yungay.
A lo largo de su existencia, la Sociedad de Historia y Arqueología de Aconcagua ha
contribuido a la difusión de la Historia Local de Aconcagua mediante la investigación, la
difusión y la publicación de libros. Entre los historiadores notables que han publicado
obras bajo el auspicio de la Sociedad, destacan investigadores como: Julio Figueroa, Juan
Luis Espejo, Bernardo Cruz Adler, Carlos Keller, Guillermo Echeverría Moorhouse, así también
socios dedicados a la Historia Local como Benjamín Olivares Corvera, Hermelo Arabena
Williams, Horacio Aránguiz Donoso, Pablo Cassi, Sergio Jara Catalán, y Adela Cubillos Meza.
En su compromiso con la difusión de la Historia, la Sociedad ha organizado charlas para la
comunidad, con la participación de destacados historiadores nacionales, como Cristian
Guerrero Yoacham (Q.E.P.D), Joaquín Fermandois Huerta, Cristián Gazmuri Riveros, Horacio
Aránguiz Donoso (Q.E.P.D), Sergio Villalobos, Olga Ulianova (Q.E.P.D), y Evguenia Fediakova,
entre otros.
Cabe destacar la contribución del historiador Eduardo Cavieres Figueroa (Premio Nacional de
Historia en 2008, Q. E. P. D), quien estableció un sólido vínculo con la Sociedad y llevó a
cabo investigaciones principalmente relacionadas con San Felipe.
Junto con la disciplina de la Historia, la Sociedad también ha desempeñado un papel
importante en la investigación y difusión del patrimonio arqueológico. En 1959, el
arqueólogo Lautaro Núñez trabajó en la excavación de tres túmulos en Bellavista,(sector
rural de la comuna de San Felipe) cuyo material arqueológico se entregó al Museo Histórico
de San Felipe. Ese mismo año, el Profesor Mario Orellana llevó a cabo excavaciones en
Bellavista.
En 1965, la Sociedad de Historia y Arqueología de Aconcagua solicitó al Profesor Dc.
Bernardo Berdichewsky trabajar en nombre de la Universidad de Chile en los Sitios
Arqueológicos de la Hacienda de Bellavista, contribuyendo así al avance de la arqueología en
San Felipe y en Aconcagua. Se acordó entregar todo el material rescatado al Museo de la
Sociedad (Madrid, 1965).